La dictadura nos ha quitado la libertad, ha sembrado el odio, ha acabado con lo que conocíamos como Venezuela y le ha agregado al país el remoquete de bolivariana no por su admiración a Bolívar sino por su amor a los billetes tanto los de bolívares como de dólares (¿Porque no la llamaron república dolarista?) Se han robado todo, trata de ideologizar o mejor dicho idiotizar a los niños y jóvenes y ha hecho y hará fraude tanto en estas elecciones como las venideras.
Personalmente este régimen me han quitado mi trabajo y parte de mi patrimonio y por su causa algunos de mis familiares se han ido del país y otros han adoptado nacionalidades europeas.
Después de los resultados del 15 F, los opositores no debemos pelear entre nosotros. Los que pensaron que votar era la solución actuaron bien, los que consideraron no participar por no creer en esas elecciones también lo están. Ambos a su manera han considerado que su conducta ha sido la más apropiada para el bien del país.
Los que merecen todo nuestro desprecio son aquellos que votaron por el gobierno para mantener un trabajo o una limosna a sabiendas que lo hicieron por una cuerda de bastardos que acabaron con el país. Otros no se pueden juzgar porque su escaza inteligencia les impide ver la realidad del país.
Pero aun así no debemos permitir que la nube del pesimismo nos arrastre porque el preocuparse, rabiar, entristecerse, llorar, gritar, arrecharse todo eso va contra nuestra salud y en ningún caso contra el bienestar del dictador. Y enfermarse en estos tiempos de crisis es lo peor que puede pasar
Debemos levantar el ánimo, luchar y ver cómo podemos ayudar en lo que sea para salir de la pesadilla
(Pablo ******)